Llega el momento, lo que la mujer espera con toda su
ilusión, casarse por la iglesia, algunas se casan de largo y otras de ancho ya… pero ahí van, el papá de la novia con su hija del brazo, con un smoking amarillo, el
señor, no, no, se ve elegante de a madre y también se ve a 10 kilómetros también… y que tal si va adornado con
faja azul cielo con puntitos rojos. Uff! Continúa caminando con su hija del brazo, escuchando los acordes
de la marcha nupcial. Y él papá de la novia no está nervios, está con cara de encabronado.
—¡Chingada madre!
Y la muchacha feliz:
—Ay me voy a casar, me voy a casar…
—Ya, ya, mucha pinche gracia, hombre. —El papá de la novia enojado con el novio diciéndole, —Este, cabrón es un huevón, es un huevón… es un hijuesu
pinche madre…
Haciéndole señas al novio:
—Chinga tu madre, puto, tú, pendejo, tú, tú y tú papá, los dos me la pelan…
los dos wey, los dos, me la pelan, ahorita te veo aquí afuera, pendejo, eh, te
veo aquí wey… Qué wey…
Y el novio solo agacha la cabeza y negando.
Pinche viejo sacrílego, en plena iglesia... pero en fin, y ahí van los
dos avanzando junto con la marcha nupcial… El papá de la novia en cuanto entra empieza a contar a la gente y dice:
—No mames, no va alcanzar con la caja de Don Pedro
que tenemos, mija, te dije que brindis, mijita…
La novia le vale madres, se siente Nuestra Belleza
2012…
—Adiós, adiós…
Saludando a todas las amigas con un paso de
princesa… corto, corto, largo, largo... y todas las amigas, llore y llore, echas bolas…
—¡Felicidades! ¡Cuerpazo! ¡Qué bruta,
cuerpazo! Ay, el vestido te queda divis, divis, está fregonsísimo tu vestido,
pareces muñeca…
Y nomás pasa:
—Está bien marrana… ay, qué bestia, que cerda está…
—Claro, si viene embarazada la piruja… y lo peorz es que no es ni
de él, no sabe ni de quién es…
—Júralo…
—Te lo juro, si es bien putísima…. ¡Adiós! ¡Preciosa! ¡Pareces muñeca!
Pero de las Cabash Pash, estás horrible, mendiga…
Atrás viene la mamá del novio con su hijo del brazo,
llore y llore también la señora:
—Ay, hijito, como te viniste a casar con esta vieja
interesada, si no más te quiere porque tenemos mucho dinero…
—¿Cuál dinero tenemos, mamá?
—No, si hasta pendeja es, si hasta dinero cree que
tenemos, interesada y pendeja, pos que va ser de ti, mijito.
El novio también le vale madre, porque él va
saludando a los amigos…
—Adiós, compadre, tres, al hilo, te los dedico, va
por ti...
Llegan al altar, sale el sacerdote, que por lo
regular va vestido de sacerdote, sí, sí, porque aunque él quiera ir de otra
forma pos no, es su chamba, él va a trabajar, nada de que: "Oiga yo quiero ir de Batman". No, no, ni madres, se chinga, usté va de sacerdote... Sí, porque hay weyes bien necios… "Yo quiero me quiero vestir del Hombre Araña", que no, cabrón, que no. Usté tiene que ir de
sacerdote.
Llega el sacerdote vestido de sacerdote y empieza la
ceremonia cuando dice:
—Hijos míos…. Señor, estamos reunidos en esta
ocasión para unir en matrimonio sin haber pecado. Demos las gracias el señor
por esta noche por estar con todos ustedes aquí, aquí, en la casa del señor,
por las gracias, señor… y la fe. (Imagínenselo con sonido de eco de iglesia y muy graves que no se entiende nada).
La fe... Es lo único que se le entiende, lo de la fe, wey. Y
sí o no, fíjense bien como todo mundo voltea como diciendo:
—En la madre.
Nadie entendió, pero nadie pregunta, wey, no quieres
ser el único pendejo y cuando dice lo de la fe, te persignas en
chinga… no sabes si eso sigue, pero pos pa no cagarla, chingue su madre…
—Hijos míos… santics veda retro, sumbatus emporios nadus tentum lux minhi, pertuuuummm...
—Amen… (todos)
—Hijos míos, estamos reunidos en esta ocasión, para
unir en matrimonio a ésta pareja de jóvenes, que se quieren y que tanto se han
respetado…
Así como se rieron ustedes, así se ríen todos en la
iglesia.
—Ay, padre, respetado… si le están poniendo desde
que se conocen…
Pero bueno, nadie dice nada, pero pos pa que quemas
a los novios.
—Vamos a proceder a leer la segunda lectura, porque
la primera me da hueva…
Él puede leer la que él quiera, pos él es el padre,
si quiere leer la cuarta por la cuarta. La segunda, la segunda está bien.
—A ver hijo mío, pase por favor…
Siempre embarcan a uno de los que está adelante…
—Pase.
—No, yo no, padre…
—Pase…
—No, yo no, padre, yo me apendejo cuando leo, yo no
veo bien, no traje mis lentes, y pesa mucho el libro, me falta brazo, no sé si
lo voy a leer o lo voy a mear de tan pesado que está… no lo voy a lograr levantar más de la cinturar… Pásale tu vieja,
pásale tú…
La señora si quiere pasar, no tanto por leer, sino
para que le vean un vestido que fue a comprar a Liverpool… Lo pidió dos tallas
más chico porque iba a enflacar para la boda… enflacó pura madre, vean… pidió
todas las pendejadas que salen en televisión, las pastillas, las cremas, los
geles pa enflacar y no enflacó… bueno pidió el aparato ese para hacer ejercicio
y se lo tragó también, no enflacó, pos como va a enflacar.
El vestido lo compró dos tallas más chico, blanco
con negro, no, no, no, parecía Shamú, la ballena de San Antonio… así blanco con
negro… y la vieja… de veras, te lo juro, es más, cuando se levantó la señora
los niños le hacían así:
—Willy, Willy…
La señora dijo: yo voy me vale madres… y ahí va, wey,
caminando… y nunca faltan los invitados a la boda que están atrás, así bien
pedos, amigos del novio que todavía acaban de salir del teibol de la despedida
de la noche… con el arroz en la mano:
—A quioras a ventamos el arroz...
—Orita, wey…
—Ya lo tengo bien pegajoso.
Los dos bien borrachos…
—Oye, compadre… tu qué opinas…
—Pos está bien…
—No sabes ni de qué…
—Ah, de qué, compadre…
—Tu qué opinas de que los curas se casen…
—Pos, si se quieren… Déjalos, y si no, pos que se
cogan nomás… No es problema tuyo compadre.
Y ven a la señora de blanco con negro que se va a
subir a leer:
—Ahí la señora gorda a leer... la va a cagar, la va
a cagar…
Y dicho y hecho, la señora llega a leer y, todas las
señoras, fíjense bien cuando vayan a una misa cómo le hacen:
—(toc, toc) Bueno, bueno… se escucha?
Pos, claro que se escucha, es un micrófono, a huevo
se escucha, chingá…
—Ah, segunda lectura, según San Marcos:
Y poniéndose pasamontañas todos para escuchar a San
Marcos, a huevo para andar vestidos para la ocasión, zapatistas de a madre.
—En aquellos días, San Pablo perseguía a los
cristianos a caballo, a caballo San Pablo, los cristianos andaban a pie. Los
alcanzaba bien rápido… Y de repente, San Pablo vio una luz cegadora que venía
del cielo y su pito cayó… no, no, súpito, ay, padre, ay, padre, yo no sé porque
dije su pito, padre, mejor usté léala porque yo, no sé porque dije su pito,
será porque acabo de saludar a mi compadre aquí en la puerta… no sé de qué me
acordé.
Y el padre le quita el micrófono y le hace un paro y
se avienta el mismo sermón que escucha uno en todas las bodas…
—En aquellos días, el señor, fue invitado a las
Bodas de Caná.
Siempre te platican el pasaje de las Bodas de Caná…
siempre, y el novio…
—Quien es Caná, mi amor? Es refuerzo de Jaguares, o
va con los Pumas?
—Cállate el hocico y pon atención.
—Uno de sus discípulos se le acercó y le dijo:
“Señor, ya se acabó el vino”, y el señor dijo: “Chin” y convirtió los barriles
de agua en vino…
Y el novio:
—Lo hubiéramos invitado a ese señor… tu papá piensa
que con una caja de Don Pedro va a alcanzar… no…
Y de ahí viene lo mero bueno, cuando ya el padre
entrado en su papel del matrimonio empieza a decir:
—Hijos míos, bienaventurados sean los humildes... porque tocan mejor que Los Temerarios.
Eso sí te pone chinita la piel… y el padre ya a
punto de casar a la feliz pareja…
—Porque lo que une dios, el hombre no lo puede
separar nomás porque le da su chingada gana, no…
Pero como el padre no se sabe el nombre de los
novios… porque hay tanta gente que se le ocurre la pendejada de casarse, cómo
va a saber los nombres de todos… entonces trae un acordeón… y en cuanto agarra
el acordeón empieza…
—Soy el jefe de jefe señores…
No, no, no, agarra el acordeón y empieza el padre y
dice:
—Señor Aquiles Baeza Parada, acepta usted cómo
esposa a la señorita Virginia del Hoyo…
—Sí, padre.
—Señorita Virginia del Hoyo Aguado, acepta usted
como esposo al señor Aquiles Baeza Parada…
—Pos ya veremos padre, ahí le contaré…
—Bueno hijos, míos, a partir de este día… ¡lucharán… de dos a tres caídas...! no, no, a partir de este día, los declaro marido y mujer.
Ellos se emocionan, porque creen que como en las
telenovelas van a ser muy felices, sobre todo él, no sabes lo que te espera…
Nota: Busquen en el Blog los chistes anteriores, El noviazgo I y II, la pedida de mano y la boda civil, así podrán tener un mejor panorama de esta verdad hecha comedia.
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